No pudieron disfrutar más. Desde el minuto 0 Mateo ya estaba metido en el río hasta el ombligo, con calzado y todo... Miguel no dejó piedra en su sitio, y David probó todo tipo de sabores (hojas secas, palos, hierba...) al tiempo que los usó como confeti tirándoselos por encima de la cabeza...
Ni que decir tiene que estamos agotados, y aunque hice fotos para aburrir, no tengo fuerzas más que para editar una, y por cumplir con mi 365!
Mañana más, si Dios quiere.
que lindo.. me encanta esta foto!
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