La vie en rose (325/365)

Hoy llevo todo el día dándole vueltas a esta idea de ver la vida de color de rosa. La culpa no sólo la tienen las chicas de Happy Colors, que nos tienen este mes como locas buscando fotos de este color, pero por ahí empezó la cosa...

Ya que vivo en un mundo de Gormittis, coches, peonzas y demás accesorios masculinos, el tema rosa me resultaba difícil en casa... Menos mal que hoy estuvimos con algunas de mis niñas favoritas, como Naroa, a quien los zapatos le molestaban una barbaridad...



... o Sara y Susana, siempre con sus gorritos tan ideales...



Y además de con ellas, estuve esta mañana con algunas personas de esas que llevan la sonrisa siempre colgada en la boca, de esas que te hacen sonreír sólo con verles, que te contagian su optimismo aún sin abrir la boca. Ya sabemos que todo depende del cristal con que se mira, y es una gran verdad. Cierto que puede haber montones de situaciones agobiantes, deprimentes, tristes y frustrantes, y muchas no las podemos cambiar. Pero lo que sí podemos cambiar es nuestra forma de enfrentarlas. Lo he dicho miles de veces en este blog porque lo creo firmemente, y es que "si algo no tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si tiene solución, ¿por qué te preocupas?". Cierto que todas las rosas tienen espinas, pero algunos viven viendo espinas por todas partes y se pierden las rosas. Y no es de ese tipo de gente de la que me quiero contagiar.



Pensaba también en lo bien que me hace sentir la gente positiva, en como te alegran el día con un simple comentario agradable o una sincera sonrisa, y en lo contagioso que es este "buen rollo". Y pensaba también en que no cuesta nada ser la que inicie ese "contagio": en lugar de esperar a que vengan a levantarme el ánimo, no está de más que sea yo quien tenga algo agradable que decir o una sonrisa que compartir... Me recordó al fantástico corto "Validation" (que podéis ver en este blog en la sección "Malo será", por cierto!).

Entre las sonrisas del día, una destacaba por encima de las demás... Recordaréis a Laura si la habéis visto antes por aquí, porque una sonrisa como la suya no se olvida fácilmente. Y hoy estaba especialmente radiante...



Es lo que tiene el amor... En plena luna de miel ha vuelto de la República Dominicana para presentarnos a su recién estrenado marido. Y ninguno de los dos podía dejar de sonreír.



Mañana me espera otra ración de esta vitamina, ya que nos pasaremos toda la mañana paseando por Salamanca y haciendo fotos... ¡Esperemos que no nos llueva!