sábado, 10 de julio de 2010

¡Qué fallo!! (191/365)

Un día fantástico, de principio a fin, con un montón de fotos chulísimas (¿qué voy a decir yo?)... y sin poder subirlas!!! Oh, no!!!!



(Como véis, el campamentista está estupendamente. Eso sí, yo lo encuentro cambiadísimo, pero eso os lo cuento luego).

La cuestión: para un día y medio que veníamos aquí, hemos traído lo imprescindible, una muda de ropa y el bañador. Punto. Bueno, y la cámara, claro. Pero el portátil se quedó en casa. "Total, puedo subir foto desde el PC de mi hermano", dije yo... Hasta que me di cuenta (por la noche) de que su ordenador no lee archivos RAW ni tiene Photoshop... Así que deprisa y corriendo le hice una foto a Mateo en JPEG para poder cumplir con la foto del día...

A Mateo no le llegan las horas del día para contarnos todas sus aventuras en el campamento, lo ha disfrutado al máximo, da gusto oírle hablar... Eso sí, viene con un acento de la Galicia profunda que es increíble!! Parece que llevara toda la vida viviendo allí! Graciosísimo, vamos! Pero además del acento, lo noto cambiadísimo, como si en vez de una semana hiciera tres meses que no lo veía... y mi pregunta es: ¿soy yo sola, o es parte del "pack" que traemos las madres de serie? Porque estoy convencida de que en el paritorio aprovechan para meternos una especie de "chip maternal" que te obliga a hacer cosas super extrañas como:

- No volver a dormir del tirón en tu vida: de repente tienes un radar que te hace levantarte sobresaltada al menor sonido que hace el bebé, y salir corriendo a ver qué le pasa; y si no hace sonido alguno y duerme placenteramente toda la noche, peor aún, porque te levantas 50 veces a ver si respira, que no es normal que un bebé duerma tanto, etc... Y eso cuando es un bebé! Cuando tenga 18 años vendrá el no dormir esperando que vuelva de fiesta...

- Sentir la necesidad imperiosa de comparar a tu niño con el de los demás (y siempre para mejor, claro): "ay, no, el mío ya a los 10 meses comía de todo", "Uy, este con 11 meses ya se subía al tobogán más alto del parque", etc, etc.

- Sentir que de repente puedes predecir el futuro: "Que te vas a caer", "Te vas a dar un golpe"...

... y tantísimas cosas más, que se podría escribir un libro... Que aunque digamos "Yo nunca voy a hacer eso"... al final caemos todas!

Ya con el campamentista reincorporado a la rutina familiar, y después de disfrutar de una comida en la terracita del abuelo (que a gustito se está, no me canso de repetirlo!), tarde de playa. Y os aseguro que después de la semanita de trabajo que llevo, lo he disfrutado como una enana, haciendo batalla de bolas de arena con Mateo y Miguel, enterrando los pies a David (que se partía de risa al volver a sacarlos fuera del hoyo), nadando y buceando como no hacía desde hace años... ¡Una gozada! (y haciendo muuuuuchas fotos, of course!).

Para rematar el día, hoy han empezado las fiestas aquí, así que duchita, cena rápida, y a la calle otra vez! Coches de choque, hinflables... el paraíso de los niños, vaya. Así están, que Miguel ya venía dormido montado a caballo de su papi, y los otros dos han caído fulminados al tocar la almohada...

Mañana temprano, vuelta a casita. Fin de semana exprés... pero mejor aprovechado, ¡imposible!!!

4 comentarios:

  1. Da gusto leerte!!! :-) Se nota como lo has disfrutado a tope.

    Lo del chip maternal, yo creo que eso te lo incorporan los niños ya desde dentro jajaja Bufff lo de comparar lo hacemos todas, y muchas veces de manera inconsciente, hasta incluso con tus propios hijos, no crees?

    Un besote y a disfrutar lo que queda de domingo!

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  2. ¡Qué bellas tus fotos y tu alegría, Rebeca! Ojalá yo hubiera estado así de alegre una semana después de regresar a trabajar después del nacimiento de mi hijo :( ¿o será que eso cambia con los hijos #2, #3, etc? ;)

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  3. Seguro que está cambiado, segurísimo. La mía sólo se ha separado un par de fines de semana y yo se lo notaba igual...
    Yo creo que comparar es inevitable, pero lo que es evitable es que ellos nos escuchen, lo hacemos para adentro y ya está, y así ellos no se sienten presionados a ser más o menos, o mejor o peor que nadie... o eso opino yo.
    Seguid disfrutando

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  4. jajajaja! Qué planazo ese de la playaaaaaaa!

    En fin, todo eso que cuentas de las mamás, vamos, qué te voy a contar. Yo acabo de estrenarme, pero, desgraciada (o afortunada) mente, YA ME ESTÁN PASANDO TODAS ESAS COSAS! jajaja, qué desastre! Habrá que perfeccionarse! jajaja!

    Besiños... y esperando ese otro montón de fotos.

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